La atención entendida como energía

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Para completar la descripción de la atención que el Dr. Csikszentmihalyi desarrolló en su teoría de las experiencias óptimas, sólo resta mencionar un aspecto simple pero de suma importancia. Antes de comenzar, como en las entradas anteriores, cuando vuelva a nombrar al Dr. Csikszentmihalyi sólo lo haré como Dr. C.

Pues bien, el aspecto faltante en la descripción del Dr. C. es que la atención puede ser vista o entendida como energía

Y el Dr. C. hace esta analogía entre la atención con la energía para enfatizar el hecho de que al utilizar la atención, para cualquier acción o proceso, esta se consume y se agota. Entonces, si la atención se logra entender bajo esta lógica de energía, será más práctico aprender a utilizarla de forma eficiente para nuestros propósitos, consecución de objetivos y construcción de realidades.

En este sentido, resulta lógico entender que, tras utilizar y consumir la atención por ciertos periodos de tiempo o en ciertas actividades, llegaremos a un punto donde se termina la reserva de atención y entonces nos distraemos, o se pierde el interés por la actividad, o hasta llegamos a sentirnos cansados. Incluso, como parte de este gasto de energía y secuencia de consumo de la atención, muchas veces preferimos buscar una distracción y hasta optamos por realizar actividades que no nos requieran o exijan tanta atención.

Visto de otra manera, centrar la atención, concentrarse o enfocarse, hará que la atención (energía) se consuma y que tengamos que descansar, para que después de un rato podamos volver a utilizar la atención (con nuevas reservas de energía) en la misma actividad o en alguna otra. 

Dependerá de cada persona, así como de las actividades que realice, de sus habilidades, sus intenciones y sus objetivos, la manera en que esa energía (o atención) se utilice y la rapidez con la que se consuma. Por ejemplo, para algunas personas requiere mucha energía realizar operaciones matemáticas (centrar la atención en los detalles y recordar fórmulas), lo cual genera que se cansen más rápido con respecto a otras personas que no necesitan tanta energía para la misma actividad. En cambio, siguiendo con el ejemplo, para otras personas, su desgaste de energía (atención) se incrementa en actividades de lectura.   

Desde esta lógica es que el Dr. C. optó por considerar a la atención como energía. Sólo que para efectos de la conciencia, su ordenamiento y los estados de flujo, la atención se considera energía psíquica. En sus propias palabras:

“Puesto que la atención determina lo que aparecerá o no en la conciencia, y puesto que también es necesaria para que sucedan otros actos mentales–como el recuerdo, el pensamiento, el sentimiento y la toma de decisiones–, es útil pensar en ella como energía psíquica.” (Csikszentmihalyi, 1996, pg. 60)

Siguiendo este planteamiento esto quiere decir que a la atención, indistintamente, la llamaremos también energía psíquica.

ATENCIÓN = ENERGÍA PSÍQUICA

Ya para terminar y no consumir más de su atención o energía psíquica, considero importante resumir y conectar los aspectos esenciales que hasta el momento se han explicado de la atención en las últimas entradas del blog.

Primero, la atención se utiliza todo el tiempo, y junto con nuestros hábitos, es la responsable de integrar la información que la conciencia representa y con la que la cada persona construye su realidad. En mayor o menor grado, la atención siempre está centrada en algún fenómeno, dentro o fuera de nuestro cuerpo y mente.

Segundo, la atención se utiliza de acuerdo a la estructura de objetivos de cada persona y, al reconocer estos objetivos, se puede comprender que el uso de la atención (dónde y cómo la enfocamos) es una decisión que puede hacerse de manera consciente y voluntaria, logrando así cierto control de la realidad representada en la conciencia.  

Y tercero, dado que la atención es energía psíquica, esta se consume y se gasta según la forma en que se utilice. 

Si se comprenden estos tres aspectos, desde la forma en que se enfoca la atención, la guía por objetivos y la forma e intensidad en el consumo, se puede hacer un uso más eficiente de la energía psíquica con el fin de desarrollar los objetivos personales, alcanzar orden en la conciencia y construir una mejor realidad

Estos son los aspectos principales de la atención o energía psíquica que el Dr. C. desarrolló en “Fluir”. En lo sucesivo seguiremos recurriendo a la energía psíquica para entender el resto de los elementos y procesos de la conciencia rumbo a los estados de flujo. 

De nueva cuenta, sólo quiero mencionar que más adelante, con base en otros autores y otras teorías, volveremos a centrar la atención en la atención, al ser una de las mejores vías para ordenar la conciencia y acceder a estados de flujo.

“Y es una energía bajo nuestro control, para hacer con ella lo que nos guste; por ello la atención es la herramienta más importante en la tarea de mejorar la calidad de la experiencia.” (Csikszentmihalyi, 1996, pg. 60).

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