Esta historia puede tener diferentes versiones y ser contada de distintas formas, pero lo que mi memoria me dice el día de hoy es que la teoría del flujo (o el flow) me encontró a mí, porque yo no sabía que la estaba buscando, o al menos no la estaba buscando de manera consciente.
Yo conocí la teoría del flujo mediante una entrevista por televisión que le hicieron al Dr. Mihaly Csikszentmihalyi (en lo sucesivo Dr. C.), quien acuñó el término y desarrolló la teoría desde la década de los 70. La entrevista fue transmitida en un canal de televisión español, no recuerdo qué canal era, pero recuerdo que el programa se llamaba Redes, y era conducido por Eduard Punset. A mi padre le encantaba el programa y cada semana me invitaba a verlo, al menos para que yo pudiera enterarme de qué iban a hablar. Si me interesaba el tema, nos sentábamos a ver juntos el programa. Si no me llamaba la atención me ocupaba en otras cosas para disfrutar la tarde del domingo. Si no mal recuerdo, esto fue en 2009, yo tenía ya 26 años, y por razones que no detallaré, había regresado un tiempo a vivir en casa de mis padres.
En fin, ese domingo en particular sí me quedé a ver el programa completo porque, desde el principio de la entrevista que Eduard le hizo al Dr. C., se mencionaron dos de los aspectos que a mi parecer son los más importantes de la teoría de flujo.
El primer aspecto es que la experiencia de flujo (esta inmersión absoluta y profunda en la actividad que estamos haciendo, que altera la percepción del tiempo, y que me ha motivado a empezar este blog para explicar el flujo a profundidad) podía ser experimentada por cualquier persona, en muchas y muy diversas situaciones.
Y el segundo, y más importante aspecto para mí en ese momento, es que la experiencia de flujo es un estado natural que se puede alcanzar o producir a voluntad y que genera bienestar, felicidad y crecimiento personal.
Esta experiencia de flujo era demasiada buena para ser cierta. Si había entendido bien, mediante la experiencia podía lograr niveles de bienestar y de felicidad en mi vida laboral o en mis actividades de ocio, en viajes o en actividades de conjunto. Y esta incredulidad o escepticismo me motivaron a comprar “Fluir”, el libro que considero es el más popular de la investigación del Dr. C, con el cual podría comprobar si lo que había visto en la televisión era realmente cierto, o por lo menos comprobar si tenía sentido.
Debo reconocer que al principio el libro me sorprendió con su complejidad, que en esa época me resultaba nueva o diferente. Había leído anteriormente textos complejos de teoría económica por los estudios que realicé en la universidad, o libros de filosofía donde se entretejen conceptos. Posiblemente las novelas de Herman Hesse habían sido de los materiales más “densos” que a la fecha había leído por gusto. Aunque también tuve mis épocas de best sellers de autoayuda, esos con los que “curas tu alma” a base de una dieta de caldos, o esos en los que un miembro de la iglesia renuncia a vida de lujos y de autos deportivos, pero son de lectura rápida y sencilla. Pero para el tema que nos ocupa, “Fluir” sí me presentó un panorama distinto.
Posiblemente mi sorpresa fue mayor porque esperaba otro libro más con un instructivo de los pasos para la felicidad, como esos best sellers que mencioné, en donde siempre terminaba haciendo un collage con recortes de revistas o del periódico.
En cambio, el libro del Dr. C comienza con el planteamiento de lo complejo que es alcanzar los niveles de felicidad, o incluso algo de estabilidad, por las fuerzas que se contraponen entre nuestras necesidades básicas, nuestros deseos materiales, las acciones que la sociedad recompensa, entre otros.
Básicamente, el libro dice en su edición en español, y cito textualmente, “el universo no fue diseñado pensando en la comodidad de los humanos” (Csikszentmihalyi, 1996, pg. 22).
¿Entonces, cómo era posible encontrar el flujo?
Afortunadamente para mí, y espero sea el caso de ustedes en lo que respecta a esta primer entrada del blog, continué la lectura y, digamos que de manera muy básica, empecé a sentir un micro flujo (que había sentido con otros libros, pero ahora ya tengo la terminología para describirlo, sobre todo para este caso).
Los conceptos descritos en el libro, basados principalmente en psicología, como lo son la percepción, el orden en la conciencia, la personalidad, la atención, la energía psíquica, entre otros, y la interacción entre ellos, fueron tomando sentido y, más importante aún, pude contrastarlos y entender su papel en distintos aspectos y etapas de mi vida.
Esta nueva perspectiva, presentada por la teoría del flujo y la obtención de la experiencia óptima, me abrió un panorama nuevo y me permitió comprender mejor muchos aspectos de mi diario vivir, con todo lo que eso implica, y también me permitió entender de forma más clara las acciones, actitudes, comportamientos, y formas de ser de las personas con quien convivo a diario.
Para no hacer el cuento más largo, porque de todas formas para eso empiezo este blog, para seguirles contando sobre el flujo, lo que escribo aquí en poco más de una cuartilla, me ha tomado ya diez años de comprensión, entendimiento y experimentación, incluyendo algunos proyectos que finalmente tomaron rumbos que no había planeado.
La teoría del flujo y la consecución de las experiencias óptimas me han dado una base para conocerme mejor y sentirme cada vez más pleno y más feliz. Por estas razones, es mi deseo compartir en este sitio esta comprensión que he logrado y los descubrimientos que día a día hago sobre la teoría y ciencia del flujo. Esto sin dejar fuera las dudas que surjan en el camino, de tal forma que se puedan comentar y discutir, generar conocimiento y aprendizaje, y como objetivo primordial contribuir al bienestar, felicidad y crecimiento de l@s demás.
¡FELICIDIADES POR ESTE PROYECTO! ESPERANDO QUE CUMPLA TUS EXPECTATIVAS.
Muchas gracias papá.
A veces sólo necesitamos de un nuevo diccionario de términos para lograr describir lo que sentimos dentro. Gracias por compartir.
Gracias por comentar Ricardo. Saludos.
Gracias por hacer de esto una herramienta para reflexionar y crecer, y sobre todo, accesible a todas las personas.
Con mucho gusto. Gracias por los comentarios.
Me gusta! Se me vienen varios ejemplos a la mente desde jugar sodoku , videojuegos, tocar algún instrumento musical o armar un rompecabezas.
Creo por eso también es importante estimular a los niños con diferentes actividades para que puedan encontrar aquellas que los lleven a ese flow y poderlo fomentar constructivamente para generarles esa forma de encontrar su felicidad y plenitud.