Los mecanismos de la atención y la construcción de la realidad

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Con la atención decido y selecciono qué información entra en mi conciencia para ser representada. Podría decir entonces que según cómo utilice la atención decido qué realidad subjetiva estoy construyendo en cada momento. 

No es mi intención divagar con conceptos filosóficos, al menos no por el momento. Al contrario, mi intención es explicar de forma simple y práctica la manera en que utilizamos la atención para crearnos a nosotros mismos y dar forma a nuestra realidad

Para no perder el hilo, recordemos que en la entrada anterior se explicó que, a pesar de que existe una gran cantidad de información del entorno, las personas tenemos una limitada capacidad de procesamiento de toda esa información. En consecuencia, la mínima, pero sumamente relevante, información que se integra a la conciencia solamente es aquella en la que que centramos la atención o la que resulta de nuestros hábitos.

Si evaluamos esta abundancia y balance de información, así como la poca información que somos capaces de integrar y con la que representamos la realidad momento a momento, ¿no creen que es esencial comprender las razones por las cuales sólo ciertos elementos entran en la conciencia para construir la realidad? Es decir, ¿no deberíamos tratar de entender cómo utilizamos la atención?

Desde la perspectiva de las experiencias óptimas y los estados de flujo, comprender estas razones es un aspecto básico y fundamental, ya que permite que cada persona pueda entender, desde su realidad, cuál es la información que le va a permitir desarrollar, alcanzar y sostener el orden en su conciencia, y en consecuencia, experimentar los estados de flujo.

Ese es el objetivo de esta entrada, identificar y comprender las maneras en que utilizamos la atención. A su vez, esto nos permitirá entender la capacidad que tenemos para controlar la atención y así cambiar la realidad según nos parezca.

 Después de tanto preámbulo y suspenso comienzo con la explicación.

Cada persona decide constantemente y de manera voluntaria, aunque no lo quiera o sepa reconocer, en qué fenómenos centra o enfoca su atención.  Y es importante reconocer este hecho desde un principio para así reconocer la capacidad, poder y responsabilidad que cada uno tiene para representar y construir su realidad.

De acuerdo a la teoría desarrollada por el Dr. Csikszentmihalyi, a quién en lo sucesivo sólo nombraré como Dr. C., en su libro “Fluir”, la información que entra en la conciencia es aquella en la que centramos la atención de acuerdo a nuestros objetivos, intenciones y hábitos.

Para el caso de las intenciones, por ejemplo, como se mencionó en la entrada “La fuerza que mantiene el orden en la conciencia”, cuando surge la intención la mente se enfoca solamente en la información relevante para recuperar o mantener el orden en la conciencia.

Sin embargo, con intención o sin ella, es importante reconocer que la mente siempre está enfocada en algo y estos procesos de selección de información los realizamos continuamente, muchas veces sin percatarnos de ellos.

En otras palabras, todo el tiempo estamos haciendo uso de la atención, discriminando y seleccionando información del entorno, de nuestro cuerpo y de nuestra mente (como los recuerdos, ideas y pensamientos, por nombrar algunos fenómenos).

El acto de pensar, por ejemplo, puede entenderse como el proceso de enfocar la atención en la conexión o generación de ideas, resolución de problemas, búsqueda de alternativas, evocación de recuerdos, etc.

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Pero, si este proceso se ejecuta todo el tiempo ¿cómo decidimos en qué enfocar la atención? Es decir, ¿qué criterios se siguen para seleccionar la información que entra a la conciencia? ¿Cómo sé cuál es la información relevante en la que debo centrar la atención?

La atención la dirigimos, centramos o enfocamos de acuerdo a nuestros objetivos personales y su jerarquía. Estos objetivos son los que guían la atención para ignorar, discriminar y seleccionar información.

Más adelante profundizaré en esto, pero es importante mencionar que, de acuerdo a la teoría de “Fluir”, esta jerarquía de objetivos es la que construye y da forma a la personalidad

En resumen: todo el tiempo se está haciendo uso de la atención con base en la jerarquía de objetivos personales. Y es esta jerarquía mediante la cual se construye y actualiza la personalidad.

Pongo un ejemplo: En una fiesta, de acuerdo a su jerarquía de objetivos y para seguir construyendo su personalidad, una persona extrovertida centrará su atención en l@s invitad@s, sus nombres, sus personalidades, así como en sus ideas e intereses en común, entre otros aspectos. En este tipo de eventos existen muchos fenómenos (suceden muchas cosas) y hay mucha información que a una personalidad extrovertida le permiten cumplir sus objetivos y reforzar su personalidad. Esa es la razón por la que decide asistir a la fiesta.

En cambio, si a la misma fiesta asiste una persona con una jerarquía de objetivos que forman una personalidad introvertida, quizá esta persona no va a estar cómoda conviviendo con tanta gente, teniendo que interactuar con otras personas, conversando sobre cosas que no le son interesantes o relevantes para sus objetivos. Para efectos del ejemplo, quizá para la persona introvertida, su único objetivo (porque así esta en su jerarquía) era cumplir con el compromiso y asistir un rato a la fiesta. Ese es el objetivo en el cual centró su atención para “sobrevivir” en un ambiente que no va de acuerdo a su personalidad.

Entonces, dado que es la atención la encargada de la información que entra en la conciencia con base en los objetivos y la personalidad, eso quiere decir que si se modifican los objetivos se estará modificando el foco de atención, la información que se estará representando en la conciencia será distinta, y en consecuencia se estará construyendo una realidad distinta de acuerdo a los nuevos objetivos.

¿Cierto?

Tomando el ejemplo de la fiesta, el extrovertido podría cambiar sus objetivos y buscar otros tipos de interacción o convivencia. En consecuencia su personalidad de extrovertido podría modificarse y, en menor o mayor grado, estará cambiando su realidad.

Por último, es importante reconocer que dado que la atención se está utilizando constantemente ésta se consume y se desgasta (más sobre esto en la siguiente entrada). Lo cual también implica que cada persona tiene la capacidad de hacer un uso más eficiente de la atención y la oportunidad de evaluar la jerarquía objetivos para decidir conscientemente dónde centrar la atención. Todo esto con el propósito de mejorar la realidad, cualquiera que deseemos que sea.

Por lo pronto me detengo aquí. Posteriormente hablaremos, y espero discutamos, sobre las implicaciones del uso de la atención y detalles que surgen de este tema tan complejo e interesante.

“Algunas personas aprenden a utilizar este recurso tan valioso de forma eficiente, mientras que otras lo desperdician. La señal de que una persona controla la conciencia es que tiene la habilidad de centrar su atención a voluntad, que puede evitar las distracciones y concentrarse tanto tiempo como lo necesite para alcanzar su objetivo, y no más. Y la persona que puede hacer esto normalmente disfruta con el curso normal de su vida cotidiana.” (Csikszentmihalyi, 1996, pg. 57).

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