Ya hemos dicho que la información que la conciencia representa como la realidad corresponde solamente a una mínima porción de toda la información del entorno.
Además, esta mínima cantidad de información se reduce aún más porque el sistema nervioso y la conciencia cuentan con una limitada capacidad de procesamiento de estímulos y datos. Esto no se ha explicado o desarrollado con detalle, será posteriormente cuando nos adentraremos en este tema.
Visto desde otro ángulo, para asegurar su comprensión: en la experiencia de vivir cada individuo ignora, descarta y discrimina mucha información, que al no tener una evidencia directa de que existe, es información que no llega a formar parte de la realidad subjetiva que su conciencia está representando constantemente.
Y la verdad es que no vale la pena ni pensar en toda esa información que se pierde.
En lo que sí vale la pena pensar y reflexionar es en la información que la conciencia sí procesa y sí utiliza para construir su realidad. Es decir, vale la pena preguntarnos:
¿Qué sucesos, estímulos, pensamientos o recuerdos (entre otros) alimentan y transforman los contenidos de mi conciencia?
¿Cuáles son los fenómenos e información con los que mi conciencia construye mi realidad?
Porque si reconozco y me doy cuenta de que es mucha información la que se queda fuera de mi realidad, entonces la poca información que sí entra en mi conciencia adquiere una gran relevancia. ¿Cierto?
Pero entonces, ¿cuál es esta información que entra en la conciencia?
Pues en su libro “Fluir”, el Dr. Csikszentmihalyi explicó que la información que entra a la conciencia es tanto (1) aquella información en la que se centra la atención, así como (2) la información que resulta de nuestros hábitos “basados en las instrucciones sociales o biológicas” (Csikszentmihalyi, 1996, pg. 56).
En pocas palabras, la realidad que mi conciencia representa y construye está determinada por el uso que hago de la atención, porque es por medio de la atención que la información entra en mi conciencia.
En la entrada anterior, cuando se habló de las intenciones, se explicó de forma práctica la manera en que las intenciones nos hacen seleccionar información para satisfacer la necesidad, deseo, impulso o intención. Con eso se explicó la forma en que integramos información que resulta de nuestros hábitos.
En lo que respecta a aquella información en la que se centra la atención y que entra en la conciencia, será en la siguiente entrada donde explicaré con detalle los principales aspectos de este mecanismo.
Por el momento y para esta entrada del blog, el objetivo solamente es hacer una introducción del término y dejar en claro que, a pesar de las limitaciones y subjetividades, la atención es una de las herramientas más valiosas para entender y comprender las dinámicas de la conciencia.
La forma y el contenido de la vida dependen de cómo utilicemos la atención. (Mihaly Csikszentmihalyi, 1996, pg. 59)
Recordemos también, que el Dr. Csikszentmihalyi (en lo sucesivo sólo lo nombraré como Dr. C.) desarrolla su teoría con un modelo fenomenológico basado en la teoría de la información. Esto quiere decir que sólo estamos observando y analizando los flujos de información, y no estamos recurriendo a explicaciones del tipo inconsciente, químico o anatómico. Quizá después integremos estos otros enfoques.
La atención es uno de los conceptos principales de la teoría de las experiencias óptimas del Dr. C. Y es a partir de la atención que comenzamos a dar los primeros pasos concretos y prácticos hacia la comprensión de la organización y ordenamiento de la conciencia.
Por ejemplo, ¿en qué cosas centras tu atención? Seguramente tú identificas muchos detalles del entorno que tus amigos o familiares ni siquiera perciben o ni siquiera se percatan. Y eso está bien, porque esa es tu realidad.
Ya para terminar, sólo quiero mencionar que como uno de los objetivos de la Experiencia Óptima, posteriormente analizaremos muchos de los temas que derivan de y se relacionan con los procesos de atención. Algunos de estos temas son la concentración, el enfoque, las distracciones, e incluso la meditación y el “multitasking”. De todas maneras, conforme avancemos con la atención mencionaremos algunos de estos temas para desarrollar perspectiva y mejorar la comprensión.
Si es que todavía tengo su atención, ¿qué piensan? ¿qué opinan?
Podrías en otra entrada profundizar más acerca del modelo fenomenológico? Gracias! Muy sintético y claro. Logras simplificar teorías y conceptos muy complejos!
Gracias. Si gustas, puedes checar la entrada Los fenómenos en la conciencia, donde se explica con un poco más detalle el modelo fenomenológico utilizado por el Dr. C.